El nuevo papel del Estado y la -ahora ya indubitable - intervención pública en la economía, coloca otra vez en primer plano a la Política Económica. Con ello, la evolución -cuasi-secuencial con el debate apuntado - del estado de la cuestión ha provocado un cambio de paradigma en la Evaluación de Políticas Públicas que hace incontestable el enfoque pluralista.
En efecto, hoy se da un amplio consenso para pasar de la relación causal cartesiana propia del positivismo a lo que el Prof. Carlos Román llamaba la “eco-integración sistémica”, donde la complejidad de la realidad resulta más aprensible para el análisis desde el constructivismo, la subjetividad, la medición cualitativa con múltiples escalas de valoración que exige una “evaluación para cada situación”.
Así entendido, la reflexión metodológica se impone como la piedra cuadrangular del rigor analítico exigible. Desde E-valuación, nos planteamos un número monográfico sobre aspectos metodológicos. Aquí encontrará el lector algunas aportaciones que deseamos le inviten a avanzar, con nosotros, en caminos equidistantes tanto de la estricta “satandarización” que tanto gusta a los colegas de las “tres E”, como del “todo vale” de quienes no quieren aceptar que estamos ante la aplicación de técnicas propias de la investigación social.
En éste número recogemos experiencias muy diversas. Desde el diseño de la Evaluación de un Plan Municipal – ó el tránsito del seguimiento a la evaluación, como salida lógica subsecuente --, la política de lucha contra la violencia de género – con los retos que plantea encontrar información relevante para juzgar las actuaciones públicas sobre un fenómeno tan socialmente “poliédrico” en su complejidad, incluso terminológica --, la apuesta por los métodos empíricos para la construcción del resultado contrafactual de las políticas activas de empleo; hasta, en fin, la apuesta por unos principios metodológicos que constatan que la Evaluación es un herramienta consustancialmente proclive a la integración multidisciplinar.
El debate está abierto, que sea fructífero es nuestro deseo; junto al compromiso firme de que en ésta páginas siempre habrá un hueco para mayores abundamientos y opiniones dispares.
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