La crisis de confianza en el sistema financiero ha generado indudables repercusiones negativas en el empleo a nivel mundial. En este sentido, las cumbres sociales europeas más recientes –desde la tripartita de marzo de 2008- han incluido como eje principal de sus debates las consecuencias de la crisis para los objetivos del empleo, la competitividad, la sostenibilidad y la cohesión social y, por su parte, los agentes sociales han acordado con la Comisión colaborar en la recuperación económica de Europa en el marco de la Agenda Social renovada.
El progresivo y rápido deterioro de los indicadores del empleo parecen ver cierta recuperación desde los meses de mayo y junio, coincidentes con el inicio del ciclo estacional que favorece a determinados sectores productivos, pero aún se desconoce el alcance real que pueda tener la coyuntura por la que se atraviesa.
En estos contextos inestables y en ocasiones imprevisibles, la Evaluación de Políticas Públicas se constituye como herramienta útil para la gestión de programas, cuya planificación se realizó sobre la base de un diagnóstico de situación que ha podido cambiar notablemente. La utilidad de la Evaluación para adecuar los instrumentos de la política a los ritmos y necesidades exigibles en cada momento es incuestionable, sin embargo, no puede hacerse
uso de ella cuando el programa a evaluar adolece de los más mínimos y elementales elementos para ser evaluado.
Dotar a las Administraciones Públicas, como garantes de los derechos ciudadanos, de mecanismos que contribuyan a mejorar el diseño y la planificación de las políticas se configura en estos tiempos como una necesidad real, en aras de favorecer no sólo la gestión y ejecución de los planes y programas públicos, sino de incorporar sistemas de seguimiento a los mismos que permitan comprobar en tiempo real su grado de cumplimiento así como la oportunidad de continuar, modificar o suspender e incluso extinguir las medidas previstas por no ajustarse ya a las nuevas realidades.
Resulta, por tanto, especialmente oportuno hacer valer el papel de la Evaluación de Políticas Públicas en la actual situación socioeconómica, por lo que el impulso de la comunidad de evaluadores y de las Instituciones implicadas con la Evaluación deberá incrementarse, si cabe, en este contexto histórico. Por ello, en este número de la revista E-valuación pretendemos recopilar algunas de las presentaciones que se realizaron en la VI Conferencia relacionadas con la evaluación de políticas de empleo, por ser ésta la materia más sensible ante la actual crisis económica.
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